martes, 12 de agosto de 2008

El Ojo de Dios

Encontré esta novelita en Mar del Plata. El título sugestivo, el dibujo de la portada, su barato precio (3$), y esa extraña aura que puede emitir un librito de páginas amarillentas en un kiosco de revistas, me convencieron de comprarla.
En pocas páginas (94), cuenta una atrapante historia de la más pura sci-fi: en un futuro lejano, el Alfa-Galaxia, una nave-colonia, transporta a los 25 mil sobrevivientes del planeta Tierra, en busca de un nuevo mundo habitable.
Allí, Waldo Random, el capitán, es el encagado de guiar a sus subordinados en la aventura espacial. Cuando surge una misteriosa espiral violeta que atrae a la nave, el personal intenta hacer todo lo posible por evitar caer en su interior. Pero fracasan. A medida que pasa el tiempo, la nave va perdiendo sus funciones.

¡SPOILERS!

Mientras, un niño nace prematuro en la nave, y crece con velocidad hasta convertirse en un monstruo de energía fugitivo que amenaza al crucero espacial. Por acción de la luz de la espiral, y los rayos de la criatura, casi todos los habitantes del Alfa-Galaxia se transforman en estatuas de cristal. Excepto, por supuesto, el Capitán Random, y algunos se sus compañeros: Irwin, jefe de comunicaciones, Rand Carson, segundo a bordo, y Troy Mulhard, jefe de seguridad de la nave.
Es de destacar también la supervivencia de la doctora Ilse Baumer, descripta como una "belleza nórdica", personaje ideal para dar explicaciones científicas al contexto espacial.
Al chocar con la espiral violeta, estos personajes llegarán a otro universo, donde habita un dios terrible, Zolam, su heraldo, Lurkant (un hombre androide), y los Umokbos, humaniodes ciegos.
El dios es una estrella que crece hasta llenar todo el universo (el ojo de dios), y amenaza a los recién llegados.
Random y Mulhard encontrarán una nave rusa, donde sobrevive, desde hace siglos, Yakarov, sostenido y sometido por Zolam. Allí es donde se da uno de los diálogos más interesantes, donde Carson cuenta que ni los americanos ni los rusos ganaron (!), que la humanidad logró alcanzar la paz y un Orden Mundial... pero fue la Tierra la que cedió por sí misma, destruyéndose sola.
Si bien los personajes son bastante planos, tienen diálogos muy inflados y la historia de amor entre el Comandante Random y la Doctora Ilse Baumer es súper cursi (:D no dejás de engancharte por eso :P), la historia es sumamente atrapante y entretenida. Mantiene el suspenso constantemente, desde que los atrae la espiral y surge el monstruo, hasta que están en el Universo de Zolam y se enfrentan a Lurkant. Las descripciones de paisajes cósmicos y planetarios, así como del interior de la nave rusa, Lurkant o el Ojo del dios Zolam, son estéticas en el sentido más pop del sci-fi, y se disfrutan mucho. :D
El final es BASTANTE forzado, pero bueno, siendo Random un Capitán tan perfecto y encantador, y ya acostumbrados al tratamiento rimbombante y sentimental de la novela, es aceptable, y hasta divertido. :D
El Ojo de dios fue escrita por Curtis Garland, seudónimo de Juan Gallardo Muñóz, un escritor español que hizo más de dos mil (!) novelitas para kioscos, abarcando todos los géneros. Su primera edición fue en 1988.
Muñóz utilizó otros seudónimos también, como Johnny Garland, Addison Starr y Donald Curtis.
Esta es la primera de sus historias que leo. Y, más allá de las críticas que hice, tengo que decir que me gustó mucho.

P.D: En cuanto a las novelitas de ciencia ficción para kioscos: no serán obras maestras, pero cumplen con el objetivo de entretener. Tal vez tengamos que aceptar su rimbombancia y sentimentalismo como características de un micro-género.

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